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¿Cómo se tratan las verrugas?

En primer lugar, vamos a definir el concepto de “verruga”. Según la RAE es ”una excrecencia cutánea por lo general redonda”, sin embargo, l@s dermatólog@s usamos el término verruga para referirnos a las verrugas víricas o verrugas vulgares (aquellas producidas por el virus del papiloma humano, VPH), ya que otras “excrecencias redondas” tienen diagnósticos específicos como nevus o lunares, queratosis seborreicas, angiomas, etc.

El diagnóstico de las verrugas se realiza mediante un examen clínico, es decir, simplemente con la visualización de la lesión el/la dermatólog@ puede llegar al diagnóstico, aunque a veces usamos el dermatoscopio (un dispositivo que magnifica e ilumina de forma especial la piel para permitirnos ver algunas características de esta). Por ello, sólo se solicitan otras pruebas en caso de duda o sospecha de malignidad.

¿Qué opciones de tratamiento existen para las verrugas?

Los tratamientos de las verrugas se dirigen básicamente a destruir la lesión mediante diferentes técnicas. A la hora de elegir cuál es la más indicada, se tiene en cuenta el número, extensión, tamaño y localización de las lesiones, así como el perfil de seguridad y tolerabilidad del tratamiento o las características de cada paciente.

Antes de nada, conviene decir que las verrugas tienden a la resolución espontánea, de forma que pueden desaparecer por sí mismas en un par de años y una alternativa es no tratarlas y esperar. Sin embargo, la mayoría de pacientes no están dispuestos a esperar ese tiempo, por eso se suele iniciar el tratamiento.

Aquí os exponemos las técnicas más empleadas:

  • Queratolíticos: Son los clásicos antiverrugas a base de ácido salicílico, ácido láctico o urea que pueden ser aplicados en el domicilio. Suele ser necesaria su aplicación durante semanas, ya que van eliminando las capas más superficiales de la verruga hasta que desaparece del todo.

  • Crioterapia: Es el método más utilizado hasta la fecha en las consultas, consiste en congelar las lesiones provocando una quemadura. Es un tratamiento algo doloroso (aunque esto depende de cada persona y de la zona a tratar) que suele requerir varias sesiones. Tras la crioterapia generalmente se forma una ampolla en la zona tratada, que requiere los mismos cuidados que cualquier herida.

  • Curetaje y electrocoagulación: Consiste en raspar la parte hiperqueratósica de la verruga (la zona de callosidad) hasta aplanarla, y luego aplicar el bisturí eléctrico para destruir la base de la verruga.

  • Tratamientos tópicos: Existen distintas opciones como el imiquimod o las sinecatequineas para unas verrugas especiales como son las verrugas genitales o condilomas, aunque en ocasiones las usamos en verrugas vulgares. Son de uso domiciliario y cada una tiene una posología distinta y un rango de efectos secundarios variable. El tema de las verrugas genitales o condilomas lo trataremos extensamente en otro post, ¡estad atentos!.

  • Otros tratamientos tópicos: Existen otros tratamientos tópicos o intralesionales como el 5-fluorouracilo, bleomicina o cantaridina que se aplican en consulta, pero se reservan para casos que no han respondido a otros tratamientos con mayor evidencia científica.

  • Láseres y terapia fotodinámica: Suelen utilizarse como último recurso cuando las otras opciones no han sido efectivas. Suelen ser procedimientos indoloros y también se requieren varias sesiones para alcanzar un resultado satisfactorio.

  • Extirpación quirúrgica: Esta opción se reserva para casos excepcionales de lesiones que no responden al tratamiento, ocasionan dolor o si es necesario analizar un trozo de la verruga (como comentábamos antes, para confirmar el diagnóstico o descartar otros procesos). Suele desaconsejarse en palmas y plantas por el riesgo de cicatrices retráctiles.

Quien haya tenido verrugas sabrá que en ocasiones son una lata, ya que hay que ser muy constante con el tratamiento, y a veces es un proceso largo que requiere muchas sesiones, por eso, l@s dermatólog@s muchas veces combinamos distintas técnicas para aumentar la eficacia y acelerar la curación.

¿Hay algo más que se pueda hacer para acelerar la curación de las verrugas víricas?

  • Ser muy constante con el tratamiento.

  • Evitar la humedad y maceración de la zona.

  • Evitar manipular las lesiones (morderlas, rascarlas o tocarlas repetidamente), ya que además de poder contagiar la verruga a otras zonas, vamos a provocar que aparezca más callosidad y sea más difícil eliminarla.

  • También se ha descrito una resolución más rápida de las lesiones tras la toma de suplementos orales como Inmunoferón®, HuPaVir® o Zinox®, que actúan estimulando el sistema inmune para que elimine la infección.

Como siempre, recordaros que lo más importante es que se realice un diagnóstico correcto de las lesiones cutáneas, y para ello os recomendamos consultar con vuestr@ dermatólog@ de referencia.

¡Feliz día!

Dra. Sofía de Asís.