¡Todo lo que necesitas saber sobre la DERMATITIS SEBORREICA!

¿Quién no ha tenido o conoce a alguien que haya padecido caspa alguna vez? ¿Rojeces y escamas en la cara?  ¡En este post os hablamos de la dermatitis seborreica y todo lo que debéis saber!

 

¿Qué es la Dermatitis seborreica y por qué se produce?

La dermatitis seborreica (DS) también conocida como “eccema seborreico” es una dermatosis inflamatoria con una prevalencia de un 2-5% en la población, siendo más frecuentes en hombres que mujeres. Presenta dos picos de incidencia, uno en lactantes y otro en adultos entre la tercera y sexta década de la vida.  Se localiza en zonas donde existe un aumento de la producción de sebo por la presencia de abundantes folículos sebáceos como  por ejemplo  el cuero cabelludo (donde comúnmente se conoce como “caspa”), cara, orejas y parte anterior de tronco.  

 

Se desconoce la etiología de esta entidad pero  se cree que el origen es multifactorial: se han visto implicados diferentes factores como hormonales (inicio tras la pubertad), ambientales (el estrés, las bajas temperaturas del invierno y el otoño, o la baja humedad en lugares provistos de calefacción central pueden agravar esta enfermedad) e inmunológicos (más frecuente en inmunodeprimidos, por ejemplo infección por VIH), así como la colonización por diferentes levaduras del género malasezzia. Además la prevalencia es mayor en pacientes diagnosticados de trastornos neurológicos como el parkinson o en pacientes tratados con ciertos fármacos neurolépticos (haloperidol, litio, clorpromazina), lo que sugiere una posible influencia del sistema nervioso.

 

¿Cómo se manifiesta?

En los los primeros meses de vida se manifiesta en forma de escamas y costras de aspecto graso que se distribuyen en pliegues y en cuero cabelludo (lo que se conoce como costra láctea). El pronóstico es bueno y no presentan más probabilidades de padecer DS en la vida adulta. El principal diagnóstico diferencial a esta edad es con la dermatitis atópica de la cual ya os hemos habaldo en otras ocasiones.

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En los adultos se caracteriza por la presencia de eritema leve a intenso, escamas y costras oleosas gruesas junto con prurito en cuero cabelludo, parte interna de las cejas, surcos nasogenianos (línea que une oblicuamente el final de la nariz con los extremos de la boca), laterales de la nariz, zona de la barba, detrás de las orejas, región anterior del tórax y conducto auditivo externo. En esta etapa de la vida el curso de la enfermedad es crónico con brotes normalmente en los meses fríos y remisiones en épocas más cálidas.

 

¿Cómo se diagnostica?

El diagnóstico es fundamentalmente clínico, y pocas veces es necesaria una biopsia cutánea, salvo cuando se plantean otros posibles cuadros. Las lesiones de DS crónica resultan a menudo difíciles de diferenciar tanto clínica como histológicamente de la psoriasis, de hecho en muchos pacientes aparecen las dos  entidades de forma concomitante y algunos autores piensan que se trata de un espectro de la misma enfermedad “sebopsoriasis”.

 

¿Cómo se puede tratar?

Lo primero en esta patología es tener claro su naturaleza, ya que es importante comprender que se trata de una enfermedad crónica y que el objetivo del tratamiento va a ser su control pero no su curación.

Dependiendo de la zona a tratar utilizaremos lociones, champús o cremas en cada caso. También en función de en que momento nos encontremos (brote o no) la posología cambiará de forma continuada unos días/semanas o de mantenimiento 1-2 veces a la semana según cada situación.

Entre los principios activos que más suelen utilizarse de forma tópica y que favorecen esta patología encontramos:

-       Corticoides que actúan como antiinflamatorios, reduciendo el eritema, la descamación y el prurito. También se utilizan inhibidores de la calcineurina para evitar efectos a largo plazo de los corticoides (atrofia cutánea, telangiectasias o dermatitis perioral).

-       Antifúngicos para inhibir la colonización cutánea por la malassezia como por ejemplo: ciclopirox, piroctona olamina, piritionato de zinc, ketoconazol, sertaconazol, miconazol, bifonazol, disulfuro de selenio, o sulfuro de cadmio entre otros.

-       Queratolíticos que ayudan a reducir las escamas como por ejemplo: ácido salicílico, ácido glicólico, ácido láctico, urea, ácido retinoico o peróxido de benzoilo.

-       Otros ingredientes con acción antiinflamatoria como son: ácido glicirretínico, keluamida, alantoína, alfa bisabolol, ictiol o ácido azelaico, entre otros.

 

Como siempre en caso de dudas, lo mejor será preguntar a vuestro dermatólogo que será el más indicado en aportar soluciones eficaces en cada caso…

 

 

¡Buen día!

 

Dra. Laura Berbegal

 

BIBLIOGRAFÍA

  • Borda LJ, Perper M, Keri JE. Treatment of seborrheic dermatitis: a comprehensive review. J Dermatolg Treat 2019; 30: 158- 16

  • https: //fundacionpielsana.es/wikiderma/dermatitis-seborreica