Maquillaje para acné, rosácea y mucho más: entrevista a Ana Aparichi

Aprender maquillarnos no es una tarea fácil. A much@s nos lleva años de práctica y aun así seguimos cometiendo errores. Sin embargo, cuando nos encontramos ante un problema cutáneo (acné, rosácea, hiperpigmentación, cicatrices…) la cosa se complica mucho más.

 

Para resolver algunas dudas al respecto, hemos podido entrevistar a una de las maquilladoras más reconocidas de nuestro país: Ana Aparichi.

 

Sabemos que la mayoría ya la conocéis, pero si no es así, no os perdáis sus vídeos, cursos, talleres… ¡es imposible no aprender con ella!

 

Y allá va, nuestra entrevista:

 

Dermothèque.- Antes de aplicar maquillaje debemos tener la piel hidratada, ¿hay alguna textura de hidratante que no funcione bien con el maquillaje?

 

Ana Aparichi.- Hasta ahora, en mi experiencia a lo largo de los años, la textura más conflictiva suele ser la de algunos serums en caso de ser demasiado tensores  (incluso las famosas ampollas antiedad) puesto que tiende a hacer “pelotillas”, con perdón por la expresión, la base de maquillaje y después hay que retirar esos restos de maquillaje que quedan acumulados especialmente en los laterales del rostro. 

 

También algunas hidratantes especificas para pieles grasas suelen dejar un acabado más mate y seco y, por tanto, algunas bases pueden tener problemas a la hora de asentarse puesto que les cuesta fluir a lo largo de la piel de manera adecuada. Es mejor no utilizar productos demasiado astringentes justo antes de la aplicación del maquillaje. 

 

Por lo demás, en general siempre aconsejo que una vez apliquemos la hidratación a continuación apliquemos también la base de maquillaje para tener una base perfecta y uniforme; ya que si dejamos que absorba en exceso al aplicar la base puede costar que fluya, como comentaba anteriormente. Digamos que para el lienzo quede uniforme también la hidratación ha de estar lo más uniforme posible. 

 

D.-Hablemos primero de la base, sabemos que hay seis fototipos cutáneos, pero hay muchos más tonos de maquillaje; ¿cómo acertamos para elegir la base?

 

AA.- Hay que tener en cuenta estos tres puntos: 

 

·       Primero: Si no tengo rojeces en la piel (o roseces, como me gusta llamarlas puesto que es para mi la definición más acertada de ese color) ni tampoco tengo la piel demasiado cetrina (con una alta pigmentación amarilla-aceitunada) sencillamente escogeré una base de maquillaje de subtono beige siempre (beige-dorado) que iguale con mi tono de piel (de más clara a más oscura, según nuestro fototipo. Es decir, si estoy muy clarita utilizaré una base de maquillaje con subtono beige clarito. Si estoy más morena, escogeré una base con un subtono beige más oscuro).

 

·       Segundo: Si tengo roseces, necesitaré de nuevo una base de subtono beige pero un poco más subida que mi tono de piel. Es decir, a mayor intensidad de la rojez o rosez, más “beige” o amarillo debe contener la base de maquillaje para neutralizar nuestro tono de piel. Si utilizara una base con subtono rosado o amarronado seguirían asomando mis rojeces-roseces. 

 

·       Tercero: Si nuestra piel es amarillo-aceitunada, de nuevo iremos a por una base de subtono beige pero sutilmente más clara que nuestro rostro. Con esto conseguiremos rebajar el nivel de amarillo de nuestra piel sin que quede un color extraño (ya que si utilizáramos una base rosada la piel de todo el rostro se vería grisácea y en un tono extraño y si utilizáramos un color más subido que contuviera más dorado, se vería potenciado este efecto “amarillo-aceitunado” de nuestra piel). 

 

En resumen, todas las pieles deberían escoger bases de subtono beige ya que si nuestra piel es beige, dorada o neutra la igualará y aportará más luz de paso y si somos rosadas o cetrinas nos neutralizará esas tonalidades y las contrarrestará.

 

Por lo demás, lo suyo es posicionar un poco de la base en la mejilla, punta de nariz y frente y comprobar que al extenderla se pierde y se funde con nuestra piel (nada de probar maquillaje en la muñeca ni en ninguna otra zona que no sea sobre la zona sobre la que llevaremos el maquillaje). 

 

D.-Y en cuanto a los colores, ¿es realmente adecuado el verde para las rojeces?

 

AA.- Nada más lejos de la realidad. Este es uno de los grandes mitos contra el que llevo luchando desde que comencé en el mundo del maquillaje de manera profesional hace ya más de trece años. 

 

Es algo muy fácil de explicar en realidad. Ciñéndonos a la clásica rueda del color, el rojo y el verde se neutralizan. Y esto es objetivamente cierto. Pero también es cierto que lo que presentamos en nuestra piel no es rojo sino rosa, con mayor o menor intensidad. Esto es fácil de demostrar si simplemente aplicamos un poco de barra de labios de color rojo junto a nuestras roseces o granitos y veremos que poco tienen que ver con el color rojo. Se trata pues, de roseces. De hecho, de ahí el termino “rosácea” ya que si no se llamaría “rojácea” entiendo, y no es así. Por eso, si aplicamos verde sobre una zona rosada sea más o menos intensa, lo único que conseguiremos es un tono grisáceo extraño que después habremos de cubrir con base de maquillaje por encima. 

 

Sin embargo, si únicamente utilizásemos una base de maquillaje beige-dorada encima de estas roseces no haría falta absolutamente nada más. El beige neutraliza el rosado. 

 

Si habláramos de un angioma, que en realidad comienza a ser más purpúreo, el beige se queda algo corto y entonces sí que necesitaríamos un pigmento más melocotón (beige-anaranjado) para neutralizarlo ya que el angioma es mezcla de rosa y de violeta-púrpura-azulado.  

 

Así pues, para la rosácea basta con aplicar una base de maquillaje de subtono beige y nada más. No hay que aplicar correctores específicos en esa zona para nada. Sólo en caso de angioma haría falta un corrector más anaranjado. 

 

D.- En esta época del año son muy frecuentes los brotes de dermatitis o psoriasis a nivel facial, ¿cómo se maquilla una piel con descamación?

 

AA.- En realidad, si la piel está mal, el maquillaje nunca quedará perfecto y liso, por desgracia. Esto es así. Sin embargo, aunque se perciba que la piel está descamada a cierta distancia del rostro (si nos miramos de cerca en el espejo) en realidad trabajando con la base de maquillaje a toques posando sobre el rostro cada producto en lugar de arrastrando ni deslizando, conseguiremos que el acabado se perciba muchísimo mejor, tanto de cerca como, sobre todo, a una distancia normal. Es decir, la rosez se percibe desde mucho más lejos que la descamación. Por tanto, neutralizando la rosez utilizando poco producto y a toques conseguiremos que todo el conjunto se vea muchísimo mejor. 

Menos es más en estos casos y la presión de la brocha sobre el rostro siempre ha de ser mínima. 

 

D.- Y si la superficie de la piel es muy irregular, como ocurre en las cicatrices de acné o en brotes de acné o rosácea, ¿qué podemos hacer?

 

AA.- Exactamente lo mismo que comentaba en el caso anterior. En realidad, todas las pieles, sean del tipo y textura que sea, se van a beneficiar siempre de una aplicación de los productos cremosos, ya sean correctores o bases de maquillaje a toques con ayuda de una brocha compacta con el pelo sutilmente redondeado y trabajando con la punta de esta con una presión aproximada de un 3 sobre la piel (si imaginásemos una escala del 0 al 10 de presión). Trabajando a toques suaves y sujetando la brocha desde la parte más exterior para conseguir hacer la menor presión posible. 

 

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La ventaja adicional, es que además de conseguir un acabado de mayor duración, al hacerlo de esta manera estaremos rellenando ópticamente estas cicatrices y poros y se verá la piel muchísimo más uniforme, con lo que mejorará la apariencia de la textura de la piel siempre. 

 

D.- La zona de la ojera tampoco es sencilla, ¿qué tonos aconsejas? ¿Y qué texturas?

 

AA.-Lo que siempre aconsejo es fijarse en la zona de alrededor de la ojera para, a partir de ahí, tratar de igualar con el color que veamos que existe en esa zona colindante. No tanto en el color de la ojera en sí. Por eso, si la zona de alrededor es marrón (tono café, desde café con mucha leche a café espresso; es decir, de más claro a más oscuro) o rosada (clara o intensa), recomiendo precorrectores marron-rosados. Si la piel de alrededor es más dorada o incluso aceitunada, mejor que sean más amelocotonados. Al final se trata de igualar lo que hay al lado, tanto si estamos ante ojera como si estamos ante manchas. 

 

Para mí la mejor textura siempre es una textura cremosa, de cobertura media y sobre todo que se pueda aplicar muy poco y con ello sea suficiente. Es decir, que cunda mucho para poder utilizar poco. Esto significa, no que contenga mucho pigmento, pero sí tenga cobertura media y que sea fácil para trabajar añadiendo producto sin que se note. En maquillaje, absolutamente siempre y más en el tema de las correcciones: MENOS, ES MÁS

 

Los clásicos correctores de tono beige los recomiendo solo para personas que carecen prácticamente de ojera en general y solo desean igualar con el resto del rostro siempre que no haya tonos desiguales en las zonas colindantes o que deseen aportar un poco de luz sin más. 

 

D.-También seguimos viendo muchas dermatitis periorales y afectación de los labios; ¿cómo podemos maquillar los labios cuando hay descamación o rojeces periorales?

 

AA.-Todas las rojeces periorales hemos visto que se neutralizan igual que cualquier tipo de rosez en general en el rostro. Base de maquillaje de subtono beige a toques y solucionado. 

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En cuanto a los labios, fundamental que previo a la aplicación de la barra de labios estén completamente hidratados o lo mejor posible. Hay que recurrir en este caso a un buen bálsamo muy nutritivo y dejarlo unos minutos antes de proceder a la aplicación del labial. Siempre mejor para esto utilizar una brocha para aplicar el producto y tratar también que la textura del producto que vayamos a aplicar en los labios sea cremosa. 

 

Si está muy seca toda la zona para neutralizar esto ópticamente me gusta aplicar justo después del bálsamo un brillo de labios o gloss que, aunque no hidrate, al menos crea este efecto ópticamente hasta que podamos ir recuperando la hidratación normal de los labios. Siempre que haya zonas muy secas en el rostro hemos de “emular” esta hidratación con productos jugosos, bien sea en rostro o en labios; aunque por supuesto aquí lo más importante es el tratamiento en general y también hay algunos productos como bálsamos con color que pueden hacer ambas funciones a la vez. 

¡Muchísimas gracias por esta magnífica entrevista!

Esperamos que os haya servido tanto como a nosotras.

Feliz día,

Dra. Inés Escandell