Dermothèque

View Original

Tres antioxidantes que te gustarán y no son vitamina C

Hoy hablamos sobre un tema sobre el que siempre recibimos alguna consulta, y aunque quizá no sea un tema tan conocido como el acné o el melasma, prácticamente todxs conocemos el efecto beneficioso de los antioxidantes en nuestra piel; pero: ¿sabemos qué es realmente un antioxidante?

 

 ¿Qué es la oxidación?

En la piel se producen múltiples reacciones, y muchas de estas reacciones producen especies reactivas del oxígeno (radicales libres).  Este tipo de moléculas, en un porcentaje considerable, son neutralizadas por los antioxidantes que tenemos en la piel, y así se evita que lleguen a producir un daño en nuestras células. Aquí es donde tiene relevancia lo que conocemos como estrés oxidativo, que es precisamente el desequilibrio entre la presencia de radicales libres y antioxidantes. Y es este desequilibrio, o este exceso de radicales libres, que se produce con mucha frecuencia (por ejemplo al exponernos al sol), el que tenemos que tratar de evitar.  

Este estrés oxidativo está presente en muchas patologías cutáneas como la psoriasis, el vitíligo, el liquen plano, algunas alopecias, algunos cánceres cutáneos o incluso la rosácea y el melasma.

¿Tiene relación la oxidación con las alteraciones de la piel?

Entidades como el melasma o los léntigos solares tienen una gran relación con la oxidación. 

En un estudio reciente del British Journal of Dermatology investigan si las partículas contaminantes ambientales, en particular las que emiten los motores de combustión, tienen relación con la pigmentación de la piel. En este estudio, utilizan estas partículas que emiten los coches (no eléctricos claro) a concentraciones habituales que podemos encontrar en una ciudad, y observan como aumenta la presencia de melanina y la piel se va oscureciendo cuando vamos repitiendo la exposición, además, también observan que los niveles de antioxidantes presentes en esa piel van disminuyendo. En este estudio también repiten esa prueba combinando las partículas con antioxidantes y se ve como esa zona en la que también había antioxidante no se oscurece.1

En definitiva, los antioxidantes nos ayudan para cosas tan frecuentes como el melasma o los léntigos. 

 

¿Y qué antioxidantes puedo usar?

Hay muchos antioxidantes, y aunque es cierto que la vitamina C es el más conocido hoy no hablaremos sobre ella (recordad que ya tenemos un podcast sobre vitamina C (episodio 17)

Tenemos la gluconalactona, la cisteamina, el glutatión, los carotenoides, la cúrcuma, el ácido kójico, el resveratrol… todos estos tienen efectos antioxidantes, además de otros efectos como despigmentantes, antiinflamatorios…

 

Pero nosotras hoy hemos seleccionado tres

  •  VITAMINA E

Cuando hablamos de vitamina E nos referimos a ocho compuestos liposolubles, que se conocen como tocoferoles (4, del alfa al delta) y tocotrienoles (4). La diferencia es que los tocotrienoles penetran con mayor facilidad en algunas células y se encuentran más concentrados en algunos tejidos y los tocoferoles en otros. No obstante, la mayoría de fórmulas cosméticas emplean el alfa tocoferol. 

Todas las formas de vitamina E tienen efecto neutralizante frente a los radicales libres, sin embargo, lo habitual es utilizarlo en combinación con otros antioxidantes.

Existen estudios que comparan la eficacia en melasma de la vitamina C sola, la vitamina E y la combinación de ambas, y es la combinación la que demuestra una mayor eficacia.1 Esto también se repite cuando comparamos la eficacia entre el uso de fotoprotector solo o una fórmula con varios antoioxidantes + FPS, obteniéndose también una mayor respuesta con la combinación. 


  •  NIACINAMIDA

Es una amida de la vitamina B3 (niacina), y se puede llamar nicotinamida o niacinamida.

Por un lado tiene un efecto antioxidante por su gran capacidad para eliminar radicales libres, proteger el ADN celular y disminir el eritema tras la radiación UV, disminuir la inflamación al interaccionar con mediadores inflamatorios que se activan en contacto con el propionibacterium acnés (acné inflamatorio), induce la síntesis de colágeno dérmico e inhibe su degradación y además podría favorecer la síntesis de los componentes de la barrera cutánea como las ceramidas, ácidos grasos, colesterol o algunos esfingolípidos. 

Algunos estudios demuestran que un régimen adecuado que contenga niacinamida, entre otros activos, podría tener unos efectos comparables a los del ácido retinóico. 3, o casi mejor: si lo combinamos con el retinol. 


  •  ÁCIDO AZELÁICO  

El ácido azelaico es un ácido dicarboxilico producido por un hongo y que se puede encontrar en algunos cereales (centeno o cebada)  y productos animales de forma natural.

Es un producto muy versátil, cuenta con muchos estudios que demuestran su eficacia y además, es antioxidante.  El ácido azelaico tiene efectos antiinflamatorios, normaliza la queratinización (esto ayuda a mejorar el acné), disminuye el contenido microbiano y además mejora la hiperpigmentación; por eso podemos usarlo en acné, rosácea, dermatitis, hiperpigmentación, melasma…

 Y otra cosa interesante es su utilidad durante el embarazo y la lactancia. Dado que solo un 4% del producto aplicado se absorberá y es un producto que muchas veces está presente en alimentos, e incluso en la propia leche materna, se considera un fármaco seguro para usar en estas fases. 

 

¿Qué productos con estos antioxidantes nos gustan?

 

Vitamina E

Niacinamida 

 

Ácido azelaico 

 

Si os ha gustado el PODCAST nos ayudáis a seguir creciendo si nos dais unas estrellitas en la plataforma donde nos escuchéis, lo compartís o nos dejáis un comentario. 

 

Qué tengáis feliz semana, nos volvemos a escuchar en 15 días!!

 

 

 

 

 

1-    Grether-Beck S, Felsner I, Brenden H, Marini A, Jaenicke T, Aue N, Welss T, Uthe I, Krutmann J. Air pollution-induced tanning of human skin. Br J Dermatol. 2021 Nov;185(5):1026-1034. doi: 10.1111/bjd.20483. Epub 2021 Aug 20. PMID: 33991337.

2-    Babbush KM, Babbush RA, Khachemoune A. Treatment of melasma: a review of less commonly used antioxidants. Int J Dermatol. 2021 Feb;60(2):166-173. doi: 10.1111/ijd.15133. Epub 2020 Aug 20. PMID: 32815582.