Acné de la mujer adulta
El acné es una de las enfermedades de la piel de mayor prevalencia. Se trata de un trastorno inflamatorio del folículo pilosebáceo que puede aparecer en cualquier momento de la vida, desde el recién nacido hasta la edad adulta. Aunque afecta principalmente a los adolescentes y se resuelve después de los 20 años, también es frecuente que aparezcan granitos en pacientes mayores de 25 años, especialmente en mujeres. Esta forma de acné se conoce como “acné postadolescente” o “acné de la mujer adulta” y tiene ciertas peculiaridades que lo diferencian del acné vulgar, como las zonas de la cara donde aparecen los granos y la peor respuesta a un tratamiento adecuado.
¿Qué características lo diferencian del acné vulgar del adolescente?
Los granitos que aparecen en mujeres de más de 25 años, son espinillas y granos en forma de pequeños bultos rojos y suelen aparecer en la zona U, que es la mitad inferior de la cara (mandíbula, mentón) y en el cuello, mientras que los adolescentes suelen tener más puntos negros (comedones) y más zonas afectadas, como la zona T (frente, nariz), mejillas, espalda y escote. Además, las características de esta piel “madura” hacen que sea más sensible que la del adolescente, por lo que son más propensas a sufrir efectos adversos con los tratamientos tópicos (cremas con retinoides, peróxido de benzoilo, clindamicina, ácido azelaico, alfa hidroxiácidos, etc.).
¿Por qué aparece acné en las mujeres adultas?
Las causas del acné en general son 4: exceso de sebo o grasa en la piel (seborrea), presencia de una bacteria llamada Propionibacterium acnes, hiperqueratinización folicular y un estado proinflamatorio.
En la literatura se describen múltiples factores implicados en el desarrollo o agravamiento del acné en las mujeres adultas, sin embargo, no todos los estudios arrojan los mismos resultados. Al parecer influyen factores tan diversos como las alteraciones hormonales (principalmente los andrógenos), el ciclo menstrual, el estrés, el tabaco, tener familiares que hayan padecido acné, las dietas con bajo consumo de verduras, frutas y pescado, el uso de cosméticos inadecuados o la toma de determinados fármacos como anabolizantes o algunos anticonceptivos.
En algunos casos es recomendable descartar otras alteraciones como el exceso de vello corporal (hirsutismo), pérdida de pelo (alopecia), piel y pelo grasos (seborrea) o infertilidad, ya que son signos de alarma sobre una posible alteración hormonal subyacente.
¿Cuál es el tratamiento del acné de la mujer adulta?
El tratamiento es el mismo que el del acné del adolescente: cremas, limpiadores, antibióticos y retinoides orales. Sin embargo, en las mujeres mayores de 25 años los tratamientos son menos eficaces.
En estas mujeres, aunque la respuesta a la isotretinoina (“roacután”) sea buena, la tasa de recaídas está en torno al 15-30%, y a diferencia de los adolescentes, no suelen responder tan bien a los antibióticos orales (doxiciclina, minociclina, eritromicina y azitromicina).
Por ello muchas veces, el pilar del tratamiento contra el acné en la mujer adulta es la terapia hormonal, que incluye los anticonceptivos orales y los antiandrógenos como la espironolactona o el acetato de ciproterona.
¿Qué tratamiento puedo seguir si estoy embarazada?
En esta situación, se puede utilizar peróxido de benzoilo y ácido azelaico como tratamientos tópicos, mientras que tanto los retinoides orales como los tópicos están contraindicados. En caso de requerir terapia sistémica, los antibióticos recomendados durante el embarazo son la amoxicilina, las cefalosporinas, la eritromicina, la azitromicina y la clindamicina.
De todas formas, la aparición de granitos en la cara o el cuerpo, tanto en adolescentes, bebés o gente adulta, puede corresponder a diferentes enfermedades de la piel y tener causas diversas, por lo que lo más recomendable es acudir a un dermatólogo, que será el que mejor oriente el diagnóstico y te ofrezca un tratamiento correcto y personalizado.
¡Buen día a todos!
Dra. Sofía de Asís