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FOTOPROTECCIÓN SOLAR EN NIÑOS ¿QUÉ DEBES SABER?

Cada vez más, los Dermatólogos tenemos la sensación de que lo pesados que nos ponemos con el asunto de la fotoprotección sirve para algo.

El uso correcto del fotoprotector o evitar el sol en las horas centrales del día son prácticas que los pacientes preocupados por el aspecto y la salud de su piel ahora sí llevan a rajatabla.

Pero no nos engañemos, queda muuucho por hacer y a nosotras siempre nos gusta empezar por lo más importante; informar con el respaldo de lo que la ciencia dice al respecto.

Hoy vamos a hablaros de un tema por el que nos habéis preguntado muchísimo, y es la fotoprotección en los niños.

Podemos partir de la base de que de inicio debemos aplicar al menos todas las recomendaciones de fotoprotección para los adultos (pincha aquí), pero hay algunas peculiaridades:

 

¿Por qué es tan importante la fotoprotección en los niños?

Se sabe que la radiación ultravioleta recibida en la infancia podría ser responsable del 80% de cánceres cutáneos que se desarrollan en la edad adulta.

Además, las quemaduras solares en la infancia se asocian a un mayor riesgo de desarrollar un melanoma a lo largo de la vida.

Por último, un alto nivel de radiación solar acumulada se relaciona con un mayor número de lunares adquiridos y el fotoprotector solar ha demostrado tener un efecto protector en el desarrollo de estos lunares.

 

¿Evitar el sol o crema de fotoprotección solar?

Ponemos el foco en protegernos y proteger a los más pequeños del sol con cremas solares, pero ponemos menos atención en cambiar hábitos de exposición directa e indirecta muy integrados en nuestra vida, como evitar actividades al aire libre en las horas centrales del día, buscar la sombra cuando estamos en la calle, cubrirnos las áreas expuestas con ropa (con o sin UPF), sombreros o gafas de sol, y no sólo cuando vamos a la playa en vacaciones, sino como parte de nuestras rutinas diarias.

El fotoprotector es una herramienta más para proteger nuestra piel cuando la exposición es inevitable, pero si lo pensamos bien la mayoría de las veces podemos evitar una exposición solar intensa simplemente cambiando la hora a la que realizamos una actividad al aire libre. ¿Un truco? El de la sombra, cuando nuestra sombra sea alargada y grande es el momento perfecto para realizar actividades al aire libre con un fotoprotector.

Además, para los que estéis preocupados por la síntesis vitamina D, podéis quedaros tranquilos, los fotoprotectores utilizados en condiciones reales de aplicación no disminuyen su síntesis (podéis leer el artículo completo aquí).

 

Educación solar, ¿responsabilidad de los adultos o de los niños?

Dermatólogos y Pediatras somos responsables junto con los colegios de divulgar tanto a los padres como a los niños cambios de comportamiento positivos frente al sol en países tan soleados como España.

Lógicamente, los adultos somos responsables de la fotoprotección de los niños ya que ellos no son capaces de reconocer el riesgo que supone no hacerlo para su salud, pero sí son capaces de generar hábitos desde comportamientos repetidos en edades tempranas. De esta manera, cuando ellos sean los que deban aplicarse el fotoprotector (9-12 años) será más fácil que la iniciativa sea suya si se les ha acostumbrado a ello desde pequeños.

 

Cuando deba utilizar un fotoprotector para mis hijos ¿cuál elijo?

 Debemos tener en cuenta varios factores:

 EDAD

-       Niños menores de 6 meses:

o   No deben exponerse directamente al sol ni tampoco utilizar fotoprotector solar. La función barrera de su piel no está el todo desarrollada y pueden absorber productos que no están diseñados para que así sea. No debemos olvidar que, aunque no reciban sol directo, hay un porcentaje de rayos de sol que se reflejan y aún estando a la sombra pueden incidir en su piel. Lo recomendable es protegerlos con ropa fresquita, sombreros y/o sombrillas y evitar largos paseos a las horas centrales del día, sobre todo en verano.

-       Niños entre 6 meses y 3 años:

o   Se recomienda utilizar filtros físicos, es decir, cremas solares cuyos ingredientes forman una capa protectora sobre la piel pero no se absorben. Lo más recomendable es que tengan SPF50 frente a UVB y protección también frente a UVA. Hay que reaplicarlos igual que el resto de fotoprotectores: cada 1,5-2 horas, tras el baño y/o cuando exista un exceso de sudoración.

-       A partir de los 3 años:

o   Se pueden utilizar filtros químicos, son algo más cosméticos, pero al ser filtros que se absorben tienen más riesgo de provocar dermatitis de contacto, sobre todo en niños con dermatitis atópica.

-       A partir de los 4 años:

o   Se pueden utilizar fotoprotectores solares orales, siempre como complemento a los tópicos, sobre todo en niños con fototipos claros o ante exposiciones solares intensas inevitables.

ETIQUETADO DE LOS PRODUCTOS

Ya existen varios estudios que demuestran que mientras no exista una regulación adecuada del etiquetado de los productos con reclamos publicitarios como “para pieles sensibles” o “para niños” no siempre estos productos van a ser adecuados para el tipo de población para la que son anunciados.

A pesar de que en Europa la legislación al respecto es de la más restrictivas, pueden encontrarse fotoprotectores solares “para niños” o “para pieles sensibles” que contengan filtros solares que han demostrado provocar reacciones alérgicas de contacto de forma más frecuente en niños que en adultos, como por ejemplo el octocrileno (OCR) o la benzofenona-3 (BPM3).

Por eso es importante no adquirir productos en internet que no tengamos claro a qué legislación están sometidos y por otro lado, si nuestros peques tienen una piel atópica o han tenido alguna reacción cutánea al fotoprotector, debemos consultar con un Dermatólogo y mientras evitar estos componentes.

 

Tampoco debemos olvidar que muchos fotoprotectores (y productos cosméticos para el cuidado de niños y bebés) contienen además perfumes y otros ingredientes que incrementan el riesgo de dermatitis de contacto, y que además tienden a ser más baratos que los productos con fórmulas más minimalistas que prescinden de ellos.

Como resumen…

-       La mejor manera de proteger a un niño del sol es evitándolo.

-       Cambiar los hábitos de exposición y posponer las actividades al aire libre antes de las 11 de la mañana o después de las 6 de la tarde es la tarea pendiente más importante que debemos intentar mejorar.

-       Los niños deben integrar en su rutina diaria desde pequeños hábitos saludables respecto a la exposición solar.

-       La ropa, los sombreros o las gafas de sol, son tanto o más importantes que el fotoprotector solar.

-       Si la exposición solar es inevitable debemos recurrir a ropa con UPF y a los fotoprotectores solares adecuados a la edad y el tipo de piel del niño, y reaplicarlos con frecuencia.

-       En menores de 6 meses no se recomienda el uso de fotoprotectores solares.

-       Entre los 6 meses y los 3 años deben utilizarse filtros físicos

-       A partir de los 3 años es cuando podemos empezar a utilizar filtros químicos.

-       Debemos tener en cuenta que el etiquetado “para niños” o “para piel sensible” no nos asegura que la fórmula esté libre de algunos ingredientes que pueden no ser adecuados para la piel de un niño. Debes consultar a tu Dermatólogo o Farmacéutico especializado.

¿Os ha resultado útil? !Dejadnos vuestras opiniones y dudas en comentarios!

Dra. Andrea Allende García

Bibliografía

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  • Valdivielso-Ramos M, Herranz JM. Actualización en fotoprotección infantil [Update on photoprotection in children]. An Pediatr (Barc). 2010;72(4):282.e1-282.e2829. doi:10.1016/j.anpedi.2009.06.013

  • Phadungsaksawasdi P, Sirithanabadeekul P. Ultraviolet filters in sunscreen products labeled for use in children and for sensitive skin [published online ahead of print, 2020 Apr 22]. Pediatr Dermatol. 2020;10.1111/pde.14170. doi:10.1111/pde.14170