Para qué quiere mi piel la Vitamina C

Hoy os traemos un tema que os va a gustar y que además, está de moda.

 

Los beneficios de la vitamina C

Siempre nos han dicho que la vitamina C es útil para prevenir y mejorar los resfriados, e incluso se han demostrado sus beneficios cardiovasculares, en enfermedades oculares o en enfermedades prenatales. Unos niveles altos de vitamina C en sangre se correlacionan con un buen estado de salud, pero además en los últimos años esta vitamina se ha añadido a muchos cosméticos, pero ¿realmente sabemos porqué puede ser tan beneficiosa?

 

¿Qué es la vitamina C?

La vitamina C, también conocida en su forma natural como ácido ascórbico, favorece la síntesis de colágeno en la piel, a la vez que ayuda a prevenir el fotoenvejecimiento producido por los rayos ultravioletas (UV). Su concentración es mayor en la epidermis (la capa más superficial de la piel) que en la dermis (la capa situada inmediatamente por debajo), pero el paso de los años, la exposición solar y la polución disminuyen su presencia. Los suplementos orales de vitamina C (y sobretodo si éstos se asocian a vitamina E) aumentan la presencia de la vitamina en la piel, aunque los niveles óptimos aun se desconocen.

 

¿Qué pasa cuando nos ponemos la vitamina C en piel?

Al aplicarnos cremas con vitamina C, ésta debe superar una primera barrera que corresponde al estrato córneo, la capa más superficial de la epidermis, para llegar a zonas más profundas. Cuando eliminamos esta capa superficial mediante exfoliación, peelings o láser, o bien cuando el vehículo del cosmético es ácido, facilitamos su penetración. Este último aspecto puede explicar la sensación de escozor o quemazón que podemos experimentar al aplicarnos cremas con esta vitamina.

Sin embargo, no todo es tan fácil. Cuando la vitamina se expone al aire, el calor o la luz experimenta una degradación que la hace menos efectiva, por ese motivo se utilizan muchos envases “al vacío”. Aunque el ácido ascórbico sea el compuesto más efectivo, es también el menos estable en los cosméticos, por eso encontraremos palabras como ascorbate phosphate o ascorbyl palmitate, además de otros antioxidantes para mejorar la fórmula. Una concentración de hasta el 10% se ha demostrado segura.

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¿Cuáles son las funciones de la vitamina C?

A nivel dermatológico, la vitamina C limita el daño producido por la radiación UV sobre la piel, a pesar de que no puede considerarse un fotoprotector ya que no absorbe la luz. Su acción antioxidante disminuye el daño producido por los radicales libres de la luz UV (se disminuye el daño sobre el ADN de la piel, limita la inflamación y protege frente a la muerte celular programada de las células de la piel o queratinocitos). Parece que el uso tópico de esta vitamina es más efectivo que la suplementación oral, aunque algunos estudios sugieren que su uso oral podría proteger frente al cáncer de piel por mejoría de la tolerancia a la luz UV.

Por otro lado, algunos estudios demuestran la mejoría de las arrugas de la piel tras aplicar vitamina C almenos 12 semanas a concentraciones entre el 3 y el 10%, probablemente por disminución de destrucción de fibras de elastina y por aumento de producción de colágeno. Desgraciadamente no todos respondemos igual a la vitamina C tópica, ya que parece que las personas con mayor aporte dietético mostrarán menos mejoría.

Otras propiedades que se han atribuido a la vitamina son la curación de heridas y la hidratación de la piel. El déficit dietético es conocido como escorbuto, una enfermedad que se popularizó en marineros que pasaban semanas en alta mar con alimentaciones deficientes en frutas y verduras, provocándoles hemorragias en las encías, hematomas, alteración del pelo y problemas de cicatrización, entre otros.

 

¡Esperamos que paséis una buena semana!

Dra. Sara Gómez