El (falso) mito de las cremas naturales

Durante los últimos años, ha existido un incremento importante de la demanda y el uso de las cremas supuestamente naturales. Este auge se debe probablemente al rechazo de los productos “químicos” y al continuo bombardeo de información sobre sus efectos nocivos, no siempre justificado. Sin embargo, como profesionales de la dermatología, consideramos que la población no conoce exactamente lo que son ni si realmente tienen propiedades tan beneficiosas como prometen. Debemos tener en cuenta que el uso de estos productos no están exentos de complicaciones o de efectos secundarios.

 

“Ingredientes naturales”

Un cosmético etiquetado como “natural” no significa que sea seguro. Se han descrito distintas reacciones mucocutáneas graves con el uso de distintos productos naturales (anafilaxia, angioedema, urticaria, enfermedades ampollosas, vasculitis, etc), además de casos de hepatotoxicidad, dermatitis de contacto y malformaciones del feto durante el embarazo.[1] Evidentemente, se trata de casos aislados pero que no debemos despreciar.  La mayoría de productos “naturales” no son sometidos a tests de seguridad ya que la legislación actual no lo exige, pero como consumidores asumimos que la efectividad y seguridad de estos productos ha sido evaluada y confirmada.

 

¿Qué es realmente una “crema natural u orgánica”?

5. cremas naturales_Sara.jpeg

Para nuestra sorpresa, la cosmética natural contiene un 5% o más de ingredientes obtenidos de la naturaleza. Los productos orgánicos son aquellos que certifican la ausencia de uso de químicos sintéticos en la producción de los ingredientes. Actualmente, según del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, se puede afirmar que un producto es orgánico si el 95% de sus componentes lo son. En cambio, un producto “derivado orgánico” puede designarse como tal si el 70% de sus componentes son orgánicos.[2] En este mismo país, aun no hay unas directrices sobre la denominación en el etiquetado de los productos genéticamente modificados en los “cosméticos naturales” (por tanto, nada puede impedir que estén presentes).

Debemos tener en cuenta, que cualquier cosmético sin aditivos como conservantes o incluso perfumes serán difícilmente viables, al menos durante mucho tiempo. En el caso concreto de los perfumes, la mayoría de los que utilizamos en España no están exentos de complicaciones, ocasionando por ejemplo dermatitis alérgica de contacto a pesar de derivar de productos naturales. Estos productos representan la segunda causa de sensibilización en la piel en nuestro país, solamente precedida por el níquel. Algunas de las fragancias más utilizadas derivan de aceites esenciales: alcohol amilcinámico, alcohol cinámico, aldehido cinámico, hidroxicitronelal, geraniol, eugenol, isoeugenol, musgo de encina, limonene, linalol, citral y cumarina, entre otros.

Dra. Sara Gómez