¡SOS! UÑAS FRÁGILES O QUEBRADIZAS! ¿QUÉ HAGO?
Muchas veces hablamos de la piel y dejamos a un lado ¡LAS UÑAS!. Más allá de su objetivo estético, las uñas tienen importantes funciones (especialmente las de las manos); pues protegen a la falange distal, participan en la discriminación sensorial tipo tacto fino, y permiten funciones digitales de agarre y precisión. Asimismo permiten el rascado y la limpieza, y son instrumento de defensa y agresión. ¡Es por ello que debemos cuidarlas!.
¡En este post os lo contamos!
¿ Qué son las uñas frágiles o quebradizas?
Las uñas frágiles o quebradizas son un trastorno común en la sociedad afectando hasta un 20% de la población, siendo más frecuente en mujeres. Se presentan cuando aparece una alteración de la consistencia de las uñas (siendo fundamental para su dureza y resistencia la queratina de la lámina ungueal).
Cuando esta consistencia se ve alterada es cuando produce debilidad, poca resistencia a posibles traumatismos con descamación y/o fractura. Clínicamente podemos ver las uñas divididas en capas, agrietadas, estriadas y/o blandas. Esto no sólo ocasiona un problema estético, sino que también supone una incomodidad en la actividad diaria, afectando a la calidad de vida de las personas que lo padecen.
¿Cuáles son las causas?
Hay varias causas que pueden provocar unas uñas más débiles y quebradizas. Éstas pueden ser de carácter desconocido (idiopáticas) o secundarias a otros procesos, como por ejemplo:
- Una dieta desequilibrada y con falta de algunas vitaminas (como la B6, B12, C, D entre otras), calcio, zinc, hierro y proteínas puede estar relacionada con las uñas frágiles.
- Ciertas enfermedades están relacionadas con las uñas frágiles. Tanto dermatológicas (psoriasis, liquen plano, alopecia areata, eccema, etc), como sistémicas (especialmente las que afectan a la circulación sanguínea o endocrinas como hipotiroidismo e hipertiroidismo, osteoporosis, diabetes).
- También existen determinados medicamentos que pueden afectar a la matriz ungueal y/o a la superficie de la uña.
- Agentes externos como la exposición frecuente al agua, la radiación ultravioleta, o el frío también pueden contribuir a la fragilidad ungueal.
- El contacto con productos químicos, detergentes e irritantes puede hacer que las uñas estén más frágiles y deshidratadas, y que se rompan con más facilidad.
- Los traumatismos repetidos (como por ejemplo manicuras agresivas o “morderse” las uñas -onicotilomanía-) también pueden contribuir a la fragilidad ungueal.
- El exceso de cierto tipo de manicuras también puede debilitarlas por una alteración de los componentes de la lámina ungueal. No está demostrado que las lacas sean perjudiciales, aunque de “usarlas demasiado y sin dejar respirar a la uña”, pueden hacer que éstas se muestren ásperas, sin brillo y amarillentas.
- Por otra parte la predisposición genética y la edad avanzada también contribuyen a que las uñas estén más frágiles y débiles, sin embargo estos factores son inevitables.
¿Qué consejos debemos seguir para prevenirlo?
A continuación os dejamos algunos consejos para mantenerlas fuertes y saludables:
- Seguir una dieta sana y equilibrada, especialmente con ingesta de vitaminas del grupo B y proteínas.
- Usar guantes cuando estamos en contacto con irritantes o realicemos tareas con agua.
- Secar bien las uñas y las manos después de cada lavado.
- Hidratación constante, especialmente después de estar en contacto con agua y cuando el tiempo es frío/seco.
- Higiene de las uñas, manteniéndolas limpias y cortas. Limar las uñas para redondearlas.
- Evitar cortar las cutículas. Aplicar con frecuencia endurecedores de uñas.
- Evitar malos hábitos como morderse las uñas o la piel que las rodea, así como los traumatismos repetidos.
- Evitar el uso continuado de esmaltes y, sobre todo, de productos agresivos para retirarlos. Espaciar los tratamientos de manicura, dejar cada cierto tiempo que “la uña respire” sin ningún tipo de producto.
¿Existen tratamientos para mejorarlas?
Además de los consejos que os hemos detallado anteriormente, es importante tener en cuenta lo siguiente:
- Si analíticamente se hallan alteraciones deberán corregirse, o si existe una enfermedad sistémica de base deberá tratarse.
- La utilización de “lacas” reforzadoras de la lámina ungueal puede ayudar ya que tienen componentes que hacen la lámina menos quebradiza.
- Si existe un déficit nutricional, en ese caso la nutricosmética puede ayudar.
¡Además con los tratamientos para uñas hay que tener paciencia, ya que son necesarios varios meses para apreciar su eficacia, dado que el crecimiento de las uñas es lento, de 1 a 2 mm al mes!
Como siempre, en caso de dudas, lo mejor será preguntar a vuestr@ dermatólog@ que será la persona más indicada para aportar soluciones eficaces en cada caso.
¡Buen día!
Dra. Berbegal
Bibliografía:
Manual de patología ungueal. 1ªEdición, 2018. Grupo Aula Médica SL. ISBN. 078-84-7885-624-4.
https://fundacionpielsana.es/mi-enfermedad/unas-alteraciones-mas-frecuentes